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El Traje de Vistas.
Dada su belleza plástica, el traje de vistas ha sido motivo de interés de diversos artistas, escenógrafos, pintores, escultores y especialmente fotógrafos, que han logrado que este conjunto adquiera la condición de arquetipo de la indumentaria tradicional española y que se haya convertido en una obra de arte. Especialmente destacables son las fotografías de Ortiz Echagüe realizadas en los años 30.
El traje de vistas de La Alberca (Salamanca) subraya la importancia de la indumentaria como un medio de exhibición de la riqueza familiar. Tradicionalmente, la forma más habitual de manifestar la riqueza era la acumulación de joyas o la superposición de piezas de ropa en ceremonias de especial relevancia social. El traje de vistas es un ejemplo paradigmático de esta forma de exhibición por el número y riqueza de las piezas que lo componen y que convierten el cuerpo de las mujeres en un objeto en el que proyectar la riqueza y honorabilidad familiar.
La ausencia de fuentes iconográficas anteriores al siglo XX no permite reconstruir la evolución completa del traje de vistas. Sí se pueden establecer paralelismos con los modelos de las mujeres maragatas y charras de mediados del siglo XVIII y con los denominados “trajes a la española”, con los que se vestían las tallas de las vírgenes durante los siglos XVI y caracterizados por su silueta en forma de reloj de arena.
En La Alberca actualmente existen diversos tipos de trajes de fiesta para cada ocasión. El traje de vistas puede verse durante la celebración de dos festividades: la procesión del Corpus Christi y el “Diagosto” o la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción que se celebra los días 15 y 16 de agosto. Esos días las mujeres exhiben en su indumentaria la riqueza familiar conseguida gracias a la comercialización itinerante de los embutidos y transmitida de generación en generación. Las mujeres se convierten así en símbolos de ostentación, riqueza y posición familiar en el seno de la comunidad.
El traje de vistas está cargado de elementos simbólicos y protectores frente al mal, la desgracia y la enfermedad entre los que destaca especialmente la joyería. El conjunto está formado principalmente por relicarios, patenas, medallas, crucifijos, rosarios, sortijas, hebillas, broches, collares y pendientes. Destacan especialmente los dijeros, conjuntos de cadenas de plata que se sujetan a unos ojales realizados en las axilas del jubón -de las que cuelgan medallas, cruces y amuletos-, y el llamado corazón de la novia, una pieza hueca realizada en plata con la imagen de Cristo en un lado y la Virgen en otro, y de la que cuelgan cinco pequeñas imágenes con forma de medias lunas, cabezas de ángeles o higas que se colocan sobre el corazón.
Dada su belleza plástica, el traje de vistas ha sido motivo de interés de diversos artistas, escenógrafos, pintores, escultores y especialmente fotógrafos, que han logrado que este conjunto adquiera la condición de arquetipo de la indumentaria tradicional española y que se haya convertido en una obra de arte. Especialmente destacables son las fotografías de Ortiz Echagüe realizadas en los años 30.
Fuente: Museo del Traje.